Mira la desilusión de una manera diferente y sana tu corazón
¿Cuántas veces has sufrido por empelicularte con falsas expectativas que en algún momento no se cumplieron?
En nuestro camino por la vida, interactuamos y enfrentamos eventos diversos. Mientras estos coincidan con nuestras expectativas, sentimos paz y alegría. No obstante, cuando los acontecimientos toman rumbos inesperados, surgen el temor y la confusión, desencadenando períodos de angustia que pueden perturbar nuestro equilibrio emocional y físico.
Por eso te quiero preguntar lo siguiente: ¿Cuántas veces has sufrido por empelicularte con falsas expectativas que en algún momento no se cumplieron? o ¿Cuántas veces te has desilusionado y sufrido intensamente debido a eso que te sucedió?
Estamos acostumbrados a ver la desilusión como algo negativo, que generalmente te lleva al sufrimiento, pero la realidad es que existen dos formas de verla. Por un lado, la puedes ver de manera positiva cuando aceptas, entiendes y comprendes eso que te pasó, lo sueltas y sabes que es parte de tu aprendizaje o, por otro lado, la puedes ver de manera negativa cuando te niegas a aceptar lo que sucedió, te resistes, sufres y enfermas.
Recuerda que lo que logras con amor, inspiración y gratitud, te conecta con tu corazón y lo atraes, mientras que a lo que te resistes para poderlo mantener, necesitas mucha fuerza y te desgasta.
¿Qué debes hacer entonces, para que la desilusión se pueda convertir en tu mayor aliada y hacer que el sufrimiento desaparezca?
- Comienza a ver la desilusión desde una percepción diferente, con tu capacidad de asombro y como una enseñanza, y dices: mis falsas expectativas, mis intereses creados, mis ilusiones y la felicidad que deposité en una persona, cosa o situación, ya no existen; le das las gracias a esa persona porque te ha servido de ejemplo para que tu no seas como ella es, y a esa situación porque te está haciendo crecer y evolucionar. La desilusión en ese momento hace la función de unas tijeras y corta ese cordón umbilical, ese apego emocional, esa dependencia a esa persona, situación o cosa.
- Empieza a abrirte al cambio, toma la desilusión como un aprendizaje y úsala para soltar, liberar y entender que tus expectativas no se cumplieron. Cuando haces esto, puedes ver fácilmente la realidad de lo que sucedía, logrando ver a la persona involucrada, tal cual es, con todos sus defectos y eso hará que el apego se desbarate.
- Pela el diente, sonríe. Cuando haces esto, la desilusión o el problema se empiezan a disolver. La sonrisa resuelve, suelta y libera.
- Mantente en silencio por un tiempo, ya que él te ayuda a decantar lo que haya sucedido y te hace poderoso. Recuerda siempre que tu silencio debe ser más elocuente que tus palabras.
- No cuentes todo lo que te pasa cuando tengas una desilusión, porque cuando cuentas el problema y lo vuelves a contar, lo vuelves a sentir, a resentir y ese resentimiento es lo que te enferma. Mejor concéntrate en lo que tienes, en lo que aprendiste y en la sabiduría que has adquirido después de esa desilusión.
- Vibra en la frecuencia del amor. Tu eres un campo de energía, compuesto de moléculas que vibran y átomos que se expanden y cuando vibras en la frecuencia de amor, la alegría y la apreciación por lo que tienes frente a ti, se abre un mundo fabuloso, donde podrás disfrutar de la incertidumbre y lo que te haya pasado lo puedes cambiar.
Te invito a abrazar cada momento con amor y agradecimiento. Que cada contratiempo se convierta en una fuente de sabiduría, cada sonrisa en un bálsamo sanador, y cada instante de introspección y silencio en un fortalecimiento de tu ser.
Este nuevo enfoque te animará a vivir de manera plena, enfrentando con gratitud y audacia tanto las gratificaciones y desafíos, como los golpes que la vida te da. Recuerda que entre más oscuro está el cielo mejor se ven las estrellas.
Para profundizar en este tema, puedes consultar meditación: Para transformar memorias dañinas y renacer