¿Qué es la percepción y cómo afecta tu vida?

Cada uno de nosotros ve las cosas según lo que tiene en su mente y en su corazón, y eso que ve es la percepción de lo que sucede en el exterior.
Imaginemos que nos levantamos temprano un domingo para hacer deporte, y al pasar por un parque observamos a un hombre en pantaloneta recostado en el pasto, con la cabeza hacia atrás y la boca abierta. Podemos pensar que es un deportista que subió rápidamente la montaña y está cansado, un borracho dormido, un hombre a quien atracaron, o alguien que medita o descansa plácidamente. Cada uno de nosotros ve las cosas según lo que tiene en su mente y en su corazón, y eso que ve es la percepción de lo que sucede en el exterior. Debemos entender que el mundo en que vivimos está perfectamente bien, pero si nuestra mente está turbia lo percibiremos opaco, o como un mundo lleno de miedos, angustias, envidias y celos. Es entonces cuando ese condicionamiento, que yo considero un virus letal y al cual hemos sido sometidos desde niños por nuestros padres, maestros y por la sociedad en general, puede afectar la mente y hacer que centremos nuestra felicidad en aquello que pasa en el exterior y no en el interior de nuestro ser.
Las creencias son las antagonistas
A través de todos los tiempos la mente humana ha sido contaminada por este virus, creado por los mismos hombres para manipular, condicionar y conseguir el poder político, religioso, material o espiritual; hombres motivados por el temor y el miedo a perder su influencia sobre los demás. Es así como nacen las doctrinas, las cadenas limitantes, las creencias contaminada que, basadas en castigos, consiguen perturbar la mente humana y llevarla a estados emocionales antinaturales, con efectos secundarios como la depresión, el odio, el rencor, la venganza y la frustración.
Nuestros padres, maestros, compañeros, familiares, los medios de comunicación, y la sociedad en general, son los portadores de este virus que va mutando de acuerdo con la época, la religión y la cultura.

Esta es la razón por la cual generalmente vivimos nuestras vidas encadenados a nuestras envidias, egoísmos, manipulaciones y frustraciones, y de alguna manera se las vamos transmitiendo también a nuestros hijos.
Revisa entonces muy bien, si esa gran verdad que crees tener, la que defiendes fervientemente, si lo es o, si simplemente es solo algo creado por el hombre para manipularte y tenerte controlado. El hecho de que muchas personas crean lo mismo, no quiere decir que sea la gran verdad, y eso de pronto es lo que te desgasta y no te deja ser feliz.
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